jueves, 7 de noviembre de 2013

Meditando...

Felipe Ferrada
Esta semana me ha tocado ser la pensadora de mi grupo y, por tanto, reflexionar sobre el trabajo realizado con nuestro tema: "La superficialidad del conocimiento".

Como todos sabemos, la cantidad de información que hay en Internet es inmensa y variada, y distintos educadores y creadores de contenidos en la Red coinciden en que los usuarios no leen la información comprendiendo lo que están leyendo, sino que echan un vistazo por encima prestando mayor atención a los titulares más llamativos, a aquello que está en negrita, subrayado, etc. Por tanto, dejamos de lado la capacidad de comprensión y nos situamos ante la superficialidad del conocimiento.

Es evidente que vivimos en una sociedad que está envuelta en las nuevas tecnologías, donde profesores y alumnos tienen toda la información a su alcance con tan solo hacer clic en la pantalla de cualquier dispositivo tecnológico. Pero que tengamos acceso a mucha información no quiere decir que estemos bien informados, pues tenemos que saber manejar dicha cantidad de información.

Al principio, cuando empezamos a trabajar este tema, nos dimos cuenta que todos nosotros como alumnos hemos caído, en muchas ocasiones, en realizar lecturas rápidas de contenidos e informaciones. Y hemos aprendido que de este modo no aumentamos nuestro conocimiento, sino todo lo contrario. Pero la pregunta estrella sería... ¿La gente es consciente de esa superficialidad del conocimiento? Es decir, ¿nos damos cuenta de que como tenemos acceso a multitud de información, de manera inmediata, muchos de nosotros no asimilamos dicha información porque sabes que “siempre” está ahí y, por tanto, no aumentamos nuestro conocimiento tanto como nos gustaría?  

En cuanto al ámbito pedagógico hemos aprendido diversas estrategias para intentar solventar esta superficialidad como la realización de textos más cortos y llamativos, entre otras. Por lo que esta tarea no sólo nos ha abierto los ojos sobre cómo utilizamos la información, sino que también nos ha aportado distintas estrategias para evitar dicha superficialidad.


En definitiva, como afirma Nicholas Carr, la superficialidad del conocimiento hace referencia a que la Red nos está reconfigurando a su propia imagen, convirtiéndonos en personas hábiles para manejar y ojear superficialmente la información pero con dificultad para concentrarnos, contemplar y reflexionar sobre aquello que queramos. 

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